Yo no puedo tenerte ni dejarte,
ni sé por qué, al dejarte o al tenerte,
se encuentra un no sé qué para quererte
y muchos si sé qué para olvidarte.
Pues ni quieres dejarme ni enmendarte,
yo templaré mi corazón de suerte
que la mitad se incline a aborrecerte aunque la otra
mitad se incline amarte.
Si ello es fuerza querernos, haya modo , que es morir el
estar siempre riñendo;
no se hable mas en celo y en sospecha.
Y quién da la mitad , no quiera dar el todo,
que cuando me la estas allá haciendo, sabe que estoy
haciendo la deshecha.
Sor Juana Inés De La Cruz
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